La Defensoría del Público de
Argentina compartió con nuestra Orden Profesional un material de consulta
y orientación elaborado en relación a los medios de
comunicación y la pandemia.
Si bien la información se enmarca en la actual legislación trasandina, es una fuente de consulta y referencias útil para el ejercicio profesional.
"Recomendaciones para la
cobertura del COVID-19"
La Defensoría del Público enumera
esta serie de sugerencias para quienes se desempeñan en la radio y en la
televisión. El organismo lo hace en el marco de las disposiciones de Ley Nº
26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual sobre la responsabilidad social
que conlleva la comunicación en los medios ante la incertidumbre del escenario
general, la dinámica de la información y la evidencia científica y teniendo en
cuenta que esa información puede contribuir a tomar decisiones de la población
para mitigar los efectos del riesgo adoptando medidas de protección.
1-Difundir información
proveniente de fuentes oficiales y especializadas en la temática
El Ministerio de Salud de la
Nación es quien releva los datos locales y quien comunica las medidas de
prevención y asistencia vigentes en la Argentina. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) es el organismo que nuclea y actualiza la información oficial de
cada país. Resulta necesario comunicar a las audiencias, en todos los casos,
los datos profesionales. Incluida la matrícula de las voces convocadas para el
análisis de la pandemia, tal como lo indica la Ley Nº 25.926 sobre pautas para
la difusión de temas vinculados con la salud y como lo enfatiza la Ley 26.522
en su art.71. Se sugiere difundir los informes de sala de situación que
posee el
Ministerio.
2- Brindar información
socialmente relevante
Considerar la información como
servicio y priorizar la vinculada a: síntomas específicos del virus; mecanismos
de transmisión; grupos etarios de riesgo; líneas telefónicas y/o sitios
virtuales de atención y centros de asistencia para quienes presenten síntomas;
medidas de prevención e higiene en el ámbito individual, familiar, social y
laboral establecidas por los organismos competentes, así como protocolos
y normativa vigente sobre cuarentena y/o aislamiento social.
3-El rol social de quien
comunica: promover abordajes rigurosos y evitar el pánico
Se sugiere brindar información
concreta, precisa y chequeada que pueda orientar a la población. También es
aconsejable promover mensajes que combinen la rigurosidad explicativa con
vocabulario sencillo para garantizar el acceso y la comprensión de las
audiencias no especializadas en el tema.
Es fundamental atender y
neutralizar el potencial efecto generador de pánico social que estas
modalidades de comunicación pudieran propiciar. Se sugiere evitar la difusión
de conjeturas personales, rumores, titulares e imágenes de alto impacto, al
igual que magnificar los datos (cifras de personas contagiadas, falta de
suministros sanitarios, entre otros aspectos) en pos de la espectacularización.
Evitar que se fuercen las coberturas cuando no haya nuevos datos constatados
para comunicar. Se trata de privilegiar la información socialmente relevante y
no de “llenar” espacios.
4- Priorizar el respeto de las
personas: contextualizar los relatos de las víctimas
En la difusión de casos
representativos priorizar el trato respetuoso. Evitar centrarse en las
historias más dramáticas. En todos los casos, respetar los derechos
personalísimos. En particular, no afectar la dignidad, el derecho a la imagen,
así como la intimidad de las personas afectadas, o involucradas en las
coberturas.
5- Difundir las acciones
positivas en términos de prevención
Es muy importante dar relevancia
en la agenda informativa a las acciones sociales de prevención, así como las de
solidaridad que realicen distintas personas y colectivos sociales. Es clave que
la comunicación mediática promueva el refuerzo de las tareas de prevención y
asistencia en curso y que posibilite a la población convertirse en sujeto
activo en la toma de decisiones y en la ejecución de acciones responsables para
mitigar los riesgos de la pandemia.
6- Evitar enfoques que promuevan
una mirada estigmatizante y/o discriminatoria sobre determinados colectivos
sociales
El motivo de su nacionalidad,
origen social, pertenencia a un grupo etario de riesgo, entre otros factores
posibles, no deben ser tomados como perspectivas para abordar una noticia.
Es importante prescindir de las
asociaciones que sugieren estos aspectos como causales o indisociables de la
enfermedad, al igual que no estigmatizar a las personas afectadas por el COVID
19.
7- Utilizar la palabra
transmisión en lugar de contagio
Es más precisa en el marco de
esta pandemia y, a su vez, el contagio supone que hay una víctima y un
victimario.
8-Construir coberturas
informativas que sean accesibles para todas las audiencias
Es imprescindible que los medios
informen sobre la pandemia a partir de la incorporación de herramientas
audiovisuales de accesibilidad, tales como subtitulado oculto (closed caption),
lengua de señas y audio descripción, para procurar la eliminación de barreras
comunicacionales y así garantizar el acceso a la información socialmente
relevante a las personas con discapacidad, personas adultas mayores y a toda
aquella audiencia que pueda tener dificultades para acceder a los contenidos
(Ley 26.522, art.66).
9-Hacer foco en los hechos y no
en los rumores para evitar estigmas
Considerar que, en el marco de la
emergencia sanitaria ante una pandemia, la población requiere información vital
para la toma de decisiones para mitigar los efectos de la amenaza. Recordar que
es tiempo para los hechos, no para los rumores y es el tiempo para la
solidaridad y no para el estigma, como señala la “Capacitación en Cobertura
Periodística, Coronavirus COVID-19” de la Organización Panamericana de la
Salud.
10-Comunicar para contribuir al
sostenimiento de la confianza
Tener presente que una
comunicación de riesgo puede contribuir a mantener la confianza, realizando
anuncios tempranos y precisos, con transparencia de las fuentes de información
y su debido chequeo.