En el contexto nacional de cruentas violaciones de los
derechos humanos por parte de agentes del Estado, al haber transcurrido una
semana en estado de excepción y reiteradas jornadas de toques de queda,
declaramos una persecución directa y alevosa a la prensa independiente.
La revuelta popular que vivimos se explica por décadas de
abusos en un sistema al servicio de una ínfima parte de la población, a costa
del sudor y sangre de la mayoría, donde campea el saqueo de los recursos
naturales, la pérdida de derechos, la corrupción y el apaleo brutal cuando nos
hemos rebelado como pueblo.
Funcionarios de las fuerzas de orden y seguridad han
emprendido una escalada de violencia hacia una mayoría de población desarmada.
Las golpizas, disparos al cuerpo, disparos al rostro y todo tipo de abusos se
multiplican por cada lugar de pueblos, campo y grandes ciudades. Abusos contra
personas de todas las edades, incluyendo menores y gente mayor.
Somos diariamente testigos directos de situaciones de abuso
que debemos documentar, dejar registro para luego difundir a la población lo
que está sucediendo, ya que una de las demandas que levanta la ciudadanía es
tener acceso a lo que está pasando dado el cerco informativo reconocido por
distintos estamentos de la sociedad y denunciado por el Colegio de Periodistas
de Chile.
Entonces, nos convertimos en blanco directo de Carabineros
y militares. Al no servir al contenido impuesto por la agenda de los poderes
como los mass media, nos convertimos
en un sector molesto para quienes contestan con bestial violencia la manifestación
social.
Nuestro material puede constituir un peligro para quienes
ejercen acciones de violencia y tortura que desde la ilegitimidad del estado de
excepción han vulnerado todos los derechos constitucionales (aun de la
Constitución de Pinochet/Lagos).
Sin ir más lejos, el día de ayer fuimos testigos de la
agresión directa sobre el puesto médico instalado en el costado externo de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en momentos en que aún se atendía
a personas heridas producto de la brutal carga policial. Asimismo, debimos
asistir en urgencia a los reporteros gráficos independientes que sufrieron una feroz
paliza por parte del mismo contingente. Sabemos que este comportamiento se
multiplica en las poblaciones y regiones apartadas.
Desde los medios independientes queremos alzar nuestra voz
no solo para denunciar y condenar, sino para advertir a los agentes represores
y autoridades que no dejaremos que esta situación siga ocurriendo, que no
permitiremos ni una sola agresión más y que buscaremos la sanción penal para
cada uno de los responsables. No nos detendremos hasta agotar las últimas
instancias, nacionales e internacionales. Además, el domingo 20 de octubre
nuestro compañero Julio Gallardo fue alcanzado por una lacrimógena en su
rodilla mientras realizaba labores de prensa. Es decir, que hay agresiones
directas a prensa independiente que se encuentra cubriendo las manifestaciones
sociales.
Queremos expresar también nuestro más profundo compromiso
con la verdad, con la libertad de expresión, con la libertad de prensa y la
seguridad de la integridad física de los comunicadores sociales que han asumido
el compromiso de mantenerse fieles a seguir levantando la responsabilidad
social del periodismo.
Comunicadores
Independientes