El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) emitió la siguiente declaración:
Este año en Chile se han
desarrollado amplias movilizaciones que expresan múltiples demandas sociales,
sistemáticamente desoídas por las autoridades de gobierno. Durante la semana
del 14 de octubre de 2019, jóvenes chilenos/as protestaron contra el alza del
precio del pasaje del metro haciendo un llamado a evadir masivamente su pago.
Aunque la respuesta de las autoridades fue –una vez más– el uso de la
represión, la protesta se mantuvo, sumándose otras manifestaciones cada vez más
masivas que fueron adquiriendo un carácter transversal.
El 17 de octubre por la
noche familias enteras ocuparon las calles denunciando la violencia policial, y
protestando no sólo por el alza del precio del metro sino por un modelo
económico que ha generado enormes desigualdades, enriqueciendo a unos/as
pocos/as a costa del empobrecimiento de las mayorías. La indignación es frente
a un sistema opresivo, violento y depredador que produce fuertes niveles de
endeudamiento, promueve la competitividad y el individualismo extremo, y ejerce
una enorme violencia contra cualquier forma de disidencia. El malestar y la
desesperación son por las pensiones miserables, por el alza del agua y de la
luz, por los altos precios que se pagan por la educación y la salud, por la ley
de migración y el trato degradante que se le da a los y las migrantes, por la
falta de libertad de las mujeres para decidir sobre el propio cuerpo, por la
violencia contra el pueblo mapuche, y por un largo etcétera más.
Chile se rebeló contra el
neoliberalismo. Frente a esto el presidente Sebastián Piñera respondió en
primer lugar aplicando la ley de Seguridad Interior del Estado heredada de
la dictadura cívico-militar de Pinochet. Aunque dejó sin efecto el alza del
valor del metro, decretó el Estado de Emergencia, siendo la primera vez desde
el retorno de la democracia que esta medida es implementada para enfrentar
protestas sociales. El sábado 19 de octubre Santiago amaneció ocupado por
contingentes militares provistos con armas de guerra. Pero eso no detuvo al
pueblo, sino que aumentó su indignación. En todo el país manifestantes de
diversas generaciones salen a protestar, enfrentándose valientemente a la
policía y al ejército. Como respuesta, el general Iturriaga –ahora al mando de
la situación– declara toque de queda.
El Consejo Latinoamericano
de Ciencias Sociales repudia el uso de toda forma de violencia represiva,
haciendo un llamado al reconocimiento y respeto del legítimo derecho de los
pueblos a protestar. Asimismo, defiende enérgicamente la urgencia de terminar
con el uso de leyes que limitan las libertades personales, ponen en riesgo la
vida y la integridad de las personas, y criminalización de las luchas
políticas. Nos preocupa enormemente la reinstalación de prácticas autoritarias
en América Latina que nos muestran las debilidades de democracias como la
chilena, que pese a los esfuerzos realizados no han conseguido consolidar
relaciones sociales y políticas basadas en la justicia social, la equidad y el
respeto de los Derechos Humanos.
Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales
Centros Miembro de CLACSO en Chile