Ponencia de Hugo Guzmán R., Director. Periódico El Siglo, en Foro de Prensa Latina en La Habana
El espacio mediático latinoamericano está cruzado peligrosamente por métodos y formatos de la mentira. La omisión, tergiversación y desaparición de la verdad es un fenómeno instalado a través de medios y metodologías.
Esto, al contrario de lo que afirman algunos, no es nuevo. Y, por cierto, no se acota a nuestra región, sino que es una situación extendida por el planeta.
Desde el siglo pasado, con distintos métodos, en diversidad de medios, con diferenciados formatos, intereses financieros, políticos, hegemónicos, imperiales y fácticos, instalan mentiras y dan la espalda a la verdad.
Por citar ejemplos elocuentes, gráficos e históricos, están la construcción de mentiras e instalación de percepciones falsas en torno de la Revolución Cubana, de los sucesos ocurridos en 2003 con la invasión a Irak, la realidad que se vive hoy en Venezuela y la difamación de hechos no reales que afectan a personalidades y procesos en nuestra región.
Es así que el ocultamiento de la verdad no es algo aséptico, sino que responde a objetivos ideológicos, comunicacionales, políticos, financieros, tácticos y estratégicos y en muchas ocasiones está ligado a operaciones de alta y baja intensidad destinada a golpear y desestabilizar proyectos democráticos, progresistas, transformadores, socialistas y emancipadores.
En la actualidad esto tiene que ver con las fake news o noticias falsas, la paparruchada que se echa a correr a través de las Redes Sociales en sus distintos formatos. Pero también con el posicionamiento comunicacional del miedo social,
Eso es hoy con las nuevas tecnologías, pero en su momento, la desaparición intencionada de la verdad y la imposición de la mentira se hizo a través de grandes cadenas televisivas, de las radios, en los inicios del Internet, en el funcionamiento de agencias de noticias de potencias que se convertían en “las informadoras” a través del mundo.
No es una coincidencia banal que en los inicios de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe, Fidel Castro, diera inicio a una Operación Verdad para responder a difamaciones y falsedades de lo que ocurría en Cuba, y doce años después, el Presidente de Chile, Salvador Allende, haya lanzado la Operación Verdad para contrarrestar las mentiras sobre el proceso de la Unidad Popular e informar la verdad de lo que estaba aconteciendo.
Dadas las actuales condiciones en el espacio mediático regional y en los procesos que se viven en nuestros países, incluidos el procesamiento informativo, se podría aseverar que es necesaria y está vigente la necesidad de variadas operaciones verdad, con la finalidad de entregar a nuestros pueblos y a la sociedad civil, información veraz, asertiva, comprobable, sustentada, de calidad, creativa y altamente profesional.
Hoy aparecen circulando supuestas portadas del The Washington Post diciendo que el Presidente de Estados Unidos está renunciado; que la diputada del Partido Comunista de Chile, Camila Vallejo, promueve la pedofilia;
Detrás de las fake news, del miedo social, de .. hay poderosos y dinámicos equipos tecnológicos y humanos trabajando, dotados de financiamiento e instrumentos modernos.
Desde la prensa contra-hegemónica, alternativa y alterativa, popular, de izquierda, hay que redoblar esfuerzos por instalar la verdad, develar los hechos y los procesos y contrarrestar, sin prejuicios ni la mentira.
No puede producirse un congelamiento en el diagnóstico. Hay que avanzar en respuestas.
Un primer elemento es el uso adecuado y eficaz de las nuevas tecnologías y las que vendrán. Usar para la verdad, el Facebook, el Twitter, el Instagram, la Web, las aplicaciones en los móviles.
No abandonar ni menospreciar la labor informativa y analítica en medios impresos, radiales y televisivos.
En ese camino, asumir la complementación de los medios, es decir, la generación de sinergias entre todos para amplificar la verdad, los mensajes veraces, las informaciones completas, el análisis e incluso la educación y la formación cívica, política, histórica, procesal.
Otorgar importancia y desarrollo a los medios comunitarios, sociales, indígenas, sindicales y de sectores progresistas y transformadores.
Recordar aquella tesis del periodista cubano, Ernesto Vera, quien sostuvo en su momento que en América Latina la mentira aparecía organizada y unida, y la verdad dispersa y dividida. Es imprescindible derribar ciertas murallas y lograr la coordinación y el intercambio de medios a nivel regional e impulsar aquello a niveles locales. No puede ser que actitudes sectarias, mezquinas y anquilosadas impidan una efectiva amalgama de medios para instalar la verdad y salirle al paso a la mentira.