Naciones Unidas ha declarado una alerta mundial: el racismo, la discriminación y la xenofobia va en aumento a escala global. El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial del organismo planteó el aumento de expresiones “de odio racista" difundidos en distintos canales de comunicación y por figuras públicas.
Por otra parte, la Convención Interamericana Contra toda forma de Discriminación e Intolerancia de la cual Chile es parte, plantea expresamente que el Estado debe prevenir, eliminar, prohibir y sancionar todos los actos y manifestaciones de discriminación e intolerancia, incluyendo la publicación, circulación o diseminación, por cualquier forma y/o medio de comunicación de cualquier material que defienda, promueva o incite al odio.
Lo anterior nos insta a poner en constante juicio a nuestro sistema medial; y a evaluar la información que los medios divulgan en temáticas -que sin duda- requieren de un tratamiento con enfoque de derechos: migración, indígenas, violaciones a derechos humanos, género; son tópicos donde periódicamente se vulnera el respeto a la diversidad poniendo en riesgo el pluralismo informativo y la democracia.
Tenemos una responsabilidad como sociedad, audiencias y lectorías a delimitar el campo de expresión del que el medio goza, cuando de vulneraciones de derechos se trata. No obstante, desde la perspectiva del tratamiento de la información es deber de las y los periodistas respetar y hacer parte nuclear de la labor profesional el Código de Ética del Colegio de Periodistas de Chile que sienta las bases para un correcto desempeño en el ejercicio.
No podemos como profesionales de las comunicaciones, o quienes oficien en este sector, obviar el rol socializador del periodismo aun cuando existan condiciones ideológicas que restrinjan nuestro actuar. Las y los periodistas entendemos que la información es un bien social y no un producto, del cual nos hacemos responsables ante la sociedad.
En un período que está marcado por una creciente tasa de migración en nuestro país con predominancia afroamericana, no es posible tolerar expresiones y contenidos racistas sea el contexto que sea. Es por ello que el sector de las comunicaciones estamos llamadas(os) no sólo a ser testigos, sino a ser denunciantes y mediadoras (es) ante cualquier publicación que atente contra los derechos humanos, que promueva expresiones de intolerancia y transgreda el espíritu de un periodismo social y ético; en el marco de una sociedad pluralista que respete la identidad cultural de las personas y genere condiciones para su desarrollo.
Nathalie Castillo
Vice Presidenta Nacional
Colegio de Periodistas de Chile
Por otra parte, la Convención Interamericana Contra toda forma de Discriminación e Intolerancia de la cual Chile es parte, plantea expresamente que el Estado debe prevenir, eliminar, prohibir y sancionar todos los actos y manifestaciones de discriminación e intolerancia, incluyendo la publicación, circulación o diseminación, por cualquier forma y/o medio de comunicación de cualquier material que defienda, promueva o incite al odio.
Lo anterior nos insta a poner en constante juicio a nuestro sistema medial; y a evaluar la información que los medios divulgan en temáticas -que sin duda- requieren de un tratamiento con enfoque de derechos: migración, indígenas, violaciones a derechos humanos, género; son tópicos donde periódicamente se vulnera el respeto a la diversidad poniendo en riesgo el pluralismo informativo y la democracia.
Tenemos una responsabilidad como sociedad, audiencias y lectorías a delimitar el campo de expresión del que el medio goza, cuando de vulneraciones de derechos se trata. No obstante, desde la perspectiva del tratamiento de la información es deber de las y los periodistas respetar y hacer parte nuclear de la labor profesional el Código de Ética del Colegio de Periodistas de Chile que sienta las bases para un correcto desempeño en el ejercicio.
No podemos como profesionales de las comunicaciones, o quienes oficien en este sector, obviar el rol socializador del periodismo aun cuando existan condiciones ideológicas que restrinjan nuestro actuar. Las y los periodistas entendemos que la información es un bien social y no un producto, del cual nos hacemos responsables ante la sociedad.
En un período que está marcado por una creciente tasa de migración en nuestro país con predominancia afroamericana, no es posible tolerar expresiones y contenidos racistas sea el contexto que sea. Es por ello que el sector de las comunicaciones estamos llamadas(os) no sólo a ser testigos, sino a ser denunciantes y mediadoras (es) ante cualquier publicación que atente contra los derechos humanos, que promueva expresiones de intolerancia y transgreda el espíritu de un periodismo social y ético; en el marco de una sociedad pluralista que respete la identidad cultural de las personas y genere condiciones para su desarrollo.
Nathalie Castillo
Vice Presidenta Nacional
Colegio de Periodistas de Chile
