Frente a la polémica que ha desatado el reciente video de los Rectores de las Universidades Estatales, la Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile quiere señalar a la opinión pública que los datos exhibidos en él corresponden a la realidad de la Educación Superior Universitaria en nuestro país.
En Chile, la matrícula universitaria ha crecido casi siete veces. Es decir, 27 veces más que la población del país en el mismo período. Mientras que en las Universidades Estatales la matrícula ha crecido un 4,7%, en las universidades privadas la matrícula se ha casi duplicado en el mismo período.
El paradigma que inspira la actual Reforma de la Educación Superior señala que las universidades deben hacer docencia, vinculación con el medio (extensión) e investigación. De las 59 universidades existentes en Chile, hacen investigación de algún grado de relevancia sólo 18 de ellas, es decir, cumplen con dicho paradigma sólo el 31% de las universidades, el 69% restante no lo cumple, por tanto, no debieran ser consideradas universidades, deberían ser cerradas o en su defecto, transformadas en institutos profesionales.
De los estudiantes que actualmente ingresan a la universidad, se titula sólo el 45%, por tanto, la mayoría no logra titularse: sin embargo, se endeuda. El estudio del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) y el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) demostró que el 47% del endeudamiento juvenil corresponde directa o indirectamente a crédito universitario.
La sobreoferta de profesionales en todas las áreas está haciendo crisis para todas las profesiones. La Encuesta Nacional de la Juventud 2010 mostró que quienes se titulan se insertan a trabajar en algo relacionado con la carrera estudiada sólo un 32%, la inmensa mayoría termina subempleado o derechamente cesante. No es casualidad que durante el año 2016 la cesantía profesional haya aumentado un 31,4% y a esto se deben agregar los 626.000 subempleados, profesionales trabajando en empleos no calificados, con remuneraciones que representan un tercio de lo que recibirían trabajando en su profesión (INE). En los grupos de estudiantes más vulnerables, la inserción laboral cae por debajo del 20%, por tanto, son ellos los más endeudados y a la vez los más engañados y estafados por el actual modelo educacional (INJUV 2010).
El crecimiento desregulado de la matrícula universitaria, está formando profesionales en exceso, en su mayoría de mala calidad, lo cual se ha hecho con recursos públicos que pertenecen a todos los chilenos. El año 2015, el Estado traspasó por distintas vías al financiamiento de la Educación Superior, más de un billón y medio de pesos (US$ 2.300 millones) de los cuales sólo el 24% fue para las Universidades Estatales, el 76% restante se traspasaron a instituciones privadas, que defienden el concepto mercantil de la educación y lucran con los recursos públicos (Contraloría General de la República). Para el año 2017 sólo por concepto de CAE, el Estado chileno aportará más de 700 mil millones de pesos al sistema universitario, la mayoría de estos recursos irá para instituciones privadas y no para las universidades estatales.
Como Federación siempre hemos sostenido que la gratuidad debe comenzar por las universidades estatales, son estas las que nos pertenecen a todos los chilenos. En toda Latinoamérica los Estados aportan recursos basales a las Universidades Públicas y en ningún país se desvían recursos públicos al financiamiento de instituciones privadas.
Mesa Directiva
Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile
Santiago, 18 de Enero 2017
El video acá: