El doctor en Periodismo y decano de la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de La Frontera, Carlos del Valle, escribió algunos apuntes y reflexiones sobre el libro "Voces del Periodismo" (LOM, 2016), publicación compilada por Javiera Olivares y Patricio Segura, que fue lanzada en el Seminario Internacional "Libertad de expresión y medios plurales para las democracias del mundo, en los 60 años del Colegio de Periodistas.
1) Voces del periodismo...es un crisol heteroglósico:
- Que tiene la virtud de hacernos oír los ecos del pasado, por ejemplo desde la oral ancestralidad de lo mapuche en el texto de Esteban Valenzuela, que nos invita a urdir relatos de interpretaciones noticiosas e imaginación; o desde la crítica a la producción hegemónica del conflicto mapuche (ese relato casi mítico del conflicto histórico del estado nacional y el pueblo mapuche), en el capítulo de Paula Correa.
- Que reflexiona sobre la racionalidad técnico-tecnológica y su incidencia en los logros en materia de libertad de expresión en el trabajo de Ethel Pliscoff.
- Que revisa decididamente el trabajo periodístico y reclama la potencia de la pasión y el furor de la experiencia, como relatan -en algunos casos con referencia casi autobiográfica- Jorge Escalante y Alejandra Matus, en prensa; Álvaro Hoppe, en fotografía; Sergio Campos, en radio; Vanessa Sabioncello, en TV digital; Raúl Rodríguez, en radios comunitarias; Patricio Segura en periodismo cívico; y Manuel Bonifaz en el periodismo de regiones.
- Que analiza el contexto sociopolítico que explica los retos del periodismo, como el trabajo de Alejandro Guillier.
- Que relee críticamente los principales hitos de su historia reciente, con dureza poco compasiva, pero a la vez con esperanza, como los capítulos de Víctor Herrero y Javiera Olivares; esta última autora se detiene en el trágico problema de la concentración de los medios en el país, pero con una mirada de esperanza ante una reforma constitucional en construcción. En esta misma línea se sumerge María Olivia Mönckeberg, al proporcionar una importante constelación de antecedentes transversales de la condición chilena; también Francisco Martorell aborda estas problemáticas con un fuerte y sincero emplazamiento al estado nacional.
- Que debate los retos de la formación profesional del periodista como el texto de Juan Pablo Cárdenas
2) Pero hay otras voces... siniestras, oscuras, que intentan callar las voces del periodismo...
Es el caso del reciente intento del Congreso para sancionar las filtraciones -tema que por cierto aborda Abraham Santibáñez en su capítulo-, el cual sigue la vieja línea conservadora y pseudo-moralista que se traduce en un hipócrita axioma: a más control y sanciones mayor democracia y libertades...o dicho de otro modo, lo que necesitamos es una democracia vigilada..., para lo cual se busca precisamente en la estructura de medios de comunicación un rol panóptico, muy bien representado por la acumulación empresarial de la propiedad y la hegemonía oligárquica de los contenidos.
Pero inevitablemente, toda decisión que pretenda poner un velo sobre las libertades a expresar y a informarse, atenta contra la democracia, aunque esgrima como argumentos la “presunción de inocencia”; porque sabemos que en este caso se trata más bien de una “subsunción de las libertades políticas, sociales y culturales de muchos a los intereses económicos de unos pocos”.
Claro, en Chile hemos aprendido a sobrevivir desde los 90 a base de eufemismos, clichés y lugares comunes. Desde “la medida de lo posible” para encubrir pactos políticos espúreos hasta “la libertad de expresión” para resguardar “el libre flujo en el mercado”.
3) Porque las voces de las y los periodistas, más temprano que tarde, incomodan...
En un país donde la justicia es altamente discriminatoria y sus tribunales infringen libertades básicas, a través del doble enjuiciamiento, el uso de testigos reservados y el establecimiento de penas mayores cuando se trata de la propiedad privada que cuando se trata de la vida...como ocurre con tan mal acostumbrada frecuencia en La Araucanía.
...La voz del periodismo siempre incomoda...y muy probablemente porque precisamente sea una voz que nace para incomodar; que nace para decirnos que aunque el discurso oficial consagre el perfecto orden de las cosas, no es así mientras seamos testigos de injusticias, discriminaciones y abusos de poder.