El escritor británico Cyril Henry Hoskin, conocido por su seudónimo del monje tibetano Tuesday Lobsang Rampa, en una visión apocalíptica escribió: “En el firmamento las estrellas se fueron apagando, una a una.”
¿ Por qué hago esta cita? Porque en nuestra recordada Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, sede Valparaíso, muchos de nuestros periodistas estrellas se han ido apagando uno a uno, pero no por ello dejan de brillar en nuestro recuerdo y en nuestros corazones.
Luchita Ferrari, Berta Morales, Manuel González, Eugenio “Coné” González, Mario “El Negro” Calderón, Jaime “Car´e Pato” Aldoney, Gonzalo“Payo” Grondona, Fernando”Tuto”Lara, Juanito“Gato” Gálvez, Patricia “Patty” Toledo, Carlos “El Flaco” Vivanco, Aurora Broca o Hugo “El Maestro” Carrasco y junto a otros de los que ni siquiera nos hemos enterado, se une hoy otra estrella, nuestro colega, compañero de curso y amigo, Alfredo Villalobos Silva.
Deportista de siempre, ya nos asombraba su depurada técnica en los partidos universitarios de fútbol, donde junto a Rodrigo Calderón, fueron los mejores en la cancha, habilidad demostrada también durante años en el Club Social y Deportivo “Orompello” del cerro Esperanza, cuya camiseta azul y oro también está presente en su funeral. Ese futbolista juvenil llevó su pasión por el deporte al periodismo, sus crónicas certeras firmadas como ALVISIL en el Diario “La Estrella” de Valparaíso, periódico en que llegó a ser Jefe de Deportes y donde destacó tan nítidamente que en el 2007 el Círculo de Periodistas Deportivos le entregó el Premio Nacional de Periodismo Deportivo. Valparaíso a su vez lo distinguió como su Ciudadano Ilustre entre las muchas distinciones que recibió en su vida.
Antes ya había brillado en otros medios de la prensa escrita como los desaparecidos diario “La Unión” y “La Nación”, además de incursiones en la radio y televisión regionales, además de su trayectoria como académico, formador de periodistas. Sus crónicas fueron reunidas en su libro “De la pichanga al picado”. No sabemos si plantó un árbol, pero sí tuvo una linda hija y escribió este interesante libro.
Le vimos luchar denodadamente contra la cruel enfermedad que al final le ganó el partido, aún joven, deja a su desconsolada viuda Cecilia y a su querida hija Claudia, que ha venido desde Estados Unidos a despedir a su padre. Lejanía que sufrimos todos los que tenemos hijos en el extranjero, más aún cuando se trata de una hija única.
Tengamos sus familiares, sus colegas y sus amigos, la seguridad de que su vida no fue en vano, que brilló en su profesión de periodista, que su caballerosidad, su don de gentes, su estilo tranquilo y sin aspavientos, no serán olvidados fácilmente por todos quienes tuvimos el privilegio de conocerlo.
El Colegio de Periodistas de Chile, hoy lamenta su partida y hace votos porque el consuelo llegue a sus seres queridos, porque ya está en un mundo mejor libre del dolor y la enfermedad, un lugar en que un día, más tarde o más temprano volveremos a reunirnos.
Ahí estaremos los que se han ido y los que nos iremos, esa es la esperanza y sus exequias fueron en el Cerro de la Esperanza, de un reencuentro con nuestros compañeras y compañeros, con nuestros inolvidables maestros como Carlos Böcker, Claudio Solar, Gustavo Boye o Pancho Le Dantec y con otros seres queridos que nos antecedieron. Allí las estrellas volverán a encenderse, una a una.
Alfredo, descansa en paz querido colega y amigo.
Daniel Lillo Cuadra
Presidente Consejo Regional
Colegio de Periodistas de Chile
Parque del Mar, Concón, 9 de marzo 2016