Por Marcel Gaete Parraguez
Presidente
Consejo Regional Atacama
Colegio de Periodistas de Chile.
Poder decir algunas cosas los fines de año, puede resultar una rutina para algunos, pero si hablamos del 2015, creo que se pueden fraguar muchas historias y anécdotas que quedarán para siempre en la vida de los atacameños. Los responsables de esos guiones, son nada más ni nada menos, que “Los Periodistas”.
En un año que estuvo marcado por los 17 aluviones que azotaron a 5 de las 9 comunas de la región, son momentos que siempre se quedarán con nosotros. Las notas y crónicas en prensa escrita, los reportajes en televisión, pero por lejos, aquellos que acompañaron y por muchos momento se transformaron en psicólogos, asistentes sociales, confidentes, y un amigo que escucha; fueron los hombres y mujeres de radio. Medio que por su inmediatez, logró copar espacios que por momentos no podían atender las autoridades o los técnicos calificados en este tipo de situaciones.
No siempre se conocieron las gestiones que se hicieron por parte de los comunicadores y periodistas, quienes debían en muchas ocasiones dejar de lado a sus propias familias, o trasladarse hasta sus puestos de trabajo, sin contar con las condiciones mínimas de seguridad que debiesen tener, si es que el dueño de la empresa pretende exigirle resultados.
Me tocó conocer historias de colegas que no tenían como regresar en las noches a sus hogares, y que los empleadores se tomaban horas en buscar soluciones, y a eso le debemos agregar el Estado de Excepción en que nos encontrábamos. La emergencia no espera y las informaciones deben estar a diario, pero ahí está el asunto, al no tener el criterio, por parte de los dueños de los medios, para dar las facilidades a quienes deben cumplir con su rol social, al informar a la población. Ahí, creo que faltó una mayor fiscalización, quizá no el mismo momento de la catástrofe,-se entiende-, pero si con el pasar de las semanas, cuando todo de alguna manera, se comenzaba a “normalizar”.
Los medios en general, intentaron dar a conocer con los datos que manejaban y acceder a lugares por sus propios medios, poniendo en riesgo sus vidas en algunos casos, como fue el caso del camarógrafo y quien por años fuera corresponsal de Mega. Nos referimos a Francisco Droguett Guerra, quien ese día triste de abril, regresaba de Chañaral, y fallece junto a 2 militares. La misión que tenia, era hacer imágenes para el Instituto Teletón acerca del operativo que se realizó en él puerto. Ese episodio, habla de la precariedad laboral que sigue existiendo para la gente de los medios de comunicación, y que aún no se subsana por parte del Estado y los legisladores.
Es de esperar que durante el primer trimestre del 2016, en el Congreso se apruebe la modificación al artículo 22 del Código del trabajo, el cual hace un uso abusivo de las obligaciones laborales, y que permite que el tope de 45 horas laborales semanales no sea aplicable a trabajadores de la comunicación. Esto redunda en que no tengan derecho al pago de horas extras, como ocurre en otras áreas, ese tipo de situaciones debe cambiar.
En resumen, la población valoró el rol activo de los medios de comunicación y de la gente que está detrás de las informaciones, pero para eso se requiere un trato justo y digno, para quienes trabajan en el mundo de las comunicaciones. Un año que deja lecciones, y que esperemos estén aprendidas para iniciar mejor parados lo que viene, y que para un periodista, siempre es un desafío. Ya nos pusimos de pie, y ahora hay que volver a caminar a paso seguro.
Publicada originalmente en El Quehay Decierto