En este
momento histórico, el pueblo de Chile, las chilenas y chilenos vivimos un
momento especial de nuestra historia, enfrentamos uno de los proceso políticos
más intensos que un país en paz puede experimentar. Luego de años de dictadura
y tras décadas de administración institucional bajo el paradigma normativo de
la constitución del 80, nos encontramos frente a una disyuntiva fundamental:
decidir cómo queremos seguir avanzando, si será incorporando la participación
de la ciudadanía para fortalecer la democracia, o si será insistiendo en la
vieja práctica donde unos pocos toman las decisiones, excluyendo a vastos
sectores de la sociedad. Sabemos que lo realizado es un legitimo esfuerzo, pero
estamos convencidos que no es suficiente para responder a las altas
expectativas y exigencias de los chilenos y chilenas por construir un país más
justo, equitativo y democrático. Un país donde los derechos básicos de las
personas sean garantizados, y donde la vida de cada uno y de todos, sea
verdaderamente digna, sin exclusiones de ningún tipo.
Porque Chile
lo hacemos todos, todos tenemos el derecho y el deber de decidir. Entonces,
¿cuál es el mejor camino para dotarnos de un pacto de convivencia nacional, de
una Nueva Constitución? Esa nos parece una pregunta fundamental. La posibilidad
de decidir el contenido de los fundamentos constitucionales de nuestra vida en
comunidad es una oportunidad única para una generación, y para la sana
convivencia de nuestro pueblo..
Hoy, nuestra política y sus instituciones
enfrentan la crisis de legitimidad más
seria desde el retorno a la democracia.
La desconfianza se instaló
entre nosotros producto de mecanismos de decisión excluyentes e insatisfactorios
para democracias y sociedades avanzadas. Ya no resulta
suficiente para los chilenos delegar la responsabilidad en nuestros representantes, mas allá de su valor e idoneidad.
La ciudadanía quiere y la democracia requiere más participación y co-responsabilidad en las decisiones.
Así como transparencia efectiva en el financiamiento de la política en general,
comportamiento ético en sus actuaciones y una relación democrática y sana en la
esfera de lo público y lo privado. Nuestros desafíos y proyecto de desarrollo
para el país requieren como piso mínimo una democracia de calidad, participativa e inclusiva, donde el poder
verdaderamente vuelva al soberano, es decir, al pueblo.
Nuestra Misión
Como parte de
la sociedad civil nuestra misión es
hacernos corresponsables de este proceso constituyente. Para
nosotros ya comenzó y queremos
enfrentarlo de forma organizada desde nuestros lugares de trabajo, sindicatos,
gremios, juntas de vecinos, ciudades y barrios. No pretendemos que una nueva
constitución todo lo resuelva, queremos simplemente que las reglas del juego de
nuestra convivencia sean las mismas para todos y que nadie corra con ventajas.
Queremos un pacto justo y digno.
El proceso
constituyente se inició el mismo día que se aprobó la constitución de 1980,
pues su origen no democrático siempre representó un problema para hacerla
propia por parte de la gran mayoría de chilenos y chilenas. Hoy más que nunca
se instala con claridad la exigencia de comenzar un proceso de deliberación
constitucional, participativo y vinculante que se haga cargo del insostenible
respaldo a una discusión constitucional excluyente.
Nos sentimos
parte de un esfuerzo colectivo de un largo camino, heredero de las luchas
de los trabajadores, la lucha por
la defensa de los derechos
humanos, la Asamblea de la Civilidad, de la Mesa Social por la Educación, de la
Mesa Social para un Nuevo Chile, de la Mesa para un Plebiscito, de los
movimientos por una Asamblea Constituyente que nos convocaron a marcar el voto
en las ultimas elecciones presidenciales, y de tantos otros esfuerzos de
reflexión constitucional que han existido en nuestro país desde distintas
visiones políticas que hoy convergen y se suman.
En este
sentido permítannos recordar el Manifiesto por una Nueva Constitución y DDHH
Indígenas publicado en julio de 2013 y suscrito por más de 100 personas de los
nueve Pueblo-Naciones pre-existentes al Estado de Chile, cito: “la legitimidad
de una nueva Constitución Política de la República de Chile, para que sea
inclusiva y democrática, requiere de la representación y participación activa de
los Pueblos Naciones Originarias y la incorporación de sus derechos colectivos
en el texto constitucional en los términos y alcance expresados en el Derecho
Internacional, de protección de los derechos humanos de los Pueblos Indígenas.
Cualquier fórmula constitucional que no considere su participación activa, en
una Asamblea Constituyente o cualquier otro proceso de reforma, será ilegítimo
si no se incluyen las representaciones de los Pueblos y Naciones originarias en
el debate nacional“.
Hoy saludamos
todas esas experiencias e invitamos a todos los chilenos y chilenas a trabajar
juntos en un espacio abierto, para encontrar la forma colectiva de avanzar en
la discusión amplia de una nueva carta fundamental que garantice nuestros
derechos, libertades y convivencia social.
Estamos
convencidos de que si este proceso constituyente resurge con mayor fuerza hoy,
es como resultado y necesidad de este nuevo ciclo político, que es producto de
los innumerables esfuerzos y
batallas de las cuales nos sentimos parte activa.
Desde las movilizaciones que permitieron recuperar la democracia y más tarde
confrontar los abusos del modelo, hasta el proceso de acumulación de fuerzas de
las más diversas manifestaciones sociales que tuvo su explosión en 2011 con los
movimientos ambientalistas, estudiantiles, a los que se sumaron profesores y
trabajadores por todo el país. Estas luchas hoy pueden desembocar también, en
la participación activa, a través de un plebiscito, para definir una Nueva
Constitución para Chile. Una constitución que se funde en el poder democrático
del pueblo soberano.
El propósito
que nos anima y moviliza es desatar
el debate nacional sobre un proceso constituyente
de calidad. Un proceso que nos merecemos. Una nueva constitución es también una
escuela de educación cívica sobre derechos y deberes en la convivencia de un
país y su futuro. Las organizaciones que aquí nos reunimos tenemos distintas
visiones sobre ese futuro pero tenemos la certeza que es juntos como lograremos
realizarnos personal y colectivamente. Queremos hacer un camino donde tanto
nuestros recursos naturales como nuestras preocupaciones, necesidades, y
derechos estén garantizados.
Somos una
plataforma social y política para influir tanto en los mecanismos como en los
temas a tratar. Sin agotar el debate que le pertenece a la deliberación
constituyente, tampoco queremos iniciar un camino sin orientaciones claras
sobre los principales temas que preocupan a las grandes mayorías del país.
Queremos que el proceso constituyente aborde el los temas a tratar y también la
forma de deliberación constituyente.
Quienes
conformamos este espacio estamos convencidos que tanto la forma como el fondo
tienen un valor preponderante en la calidad del proceso constituyente que nos
demos. Por eso abrazamos la idea de que sea mediante una Asamblea Constituyente
porque estamos convencidos que es la mas poderosa posibilidad para un autentico
debate constitucional. Entendemos la Asamblea Constituyente como un foro
acotado y deliberativo de ciudadanos y ciudadanas electos de entre sus pares,
de forma democrática y representativa. Ellos y ellas se reúnen únicamente para
redactar un texto fundamental y luego se disuelven
Entendemos el
temor que a otros compatriotas legítimamente o por desconocimiento esta forma
de elaboración constitucional
les provoca. Aún cuando es
nuestro convencimiento, no queremos imponer una manera por capricho ni por
conveniencias circunstanciales. Sostenemos esta alternativa por ser aquella
cuya legitimidad es más amplia y profunda. Aún más, estamos disponibles para ir
a un referéndum que consulte a los ciudadanos y ciudadanas el mejor camino.
Queremos que Chile decida.
Este camino
como cualquier otro requiere un acuerdo institucional de origen político y
también de amplia legitimidad social y ciudadana. Este acuerdo es político y
social, por eso el plebiscito representa una oportunidad para que cada uno
proponga el mecanismo que mejor le parezca. Sin embargo, para ello necesitamos
que sea el ejecutivo y el congreso quienes lo hagan viable institucionalmente.
Queremos un nuevo pacto entre todos y todas, que surja legítimamente, pero no
queremos que se esgriman excusas menores para obstaculizar o confundir a la
ciudadanía. Queremos que Chile decida.
Los que aquí
estamos creemos en la política y en la democracia, en la organización de las
fuerzas sociales y populares, y en la defensa legitima de sus derechos e
intereses por eso exigimos que la participación del pueblo en este debate sea
no solo incidente sino también vinculante. Ponemos el valor en el proceso
porque también allí se juega el contenido de nuestra futura constitución.
Queremos hacer visible, de carne y hueso, que la mayoría de chilenos que
declara querer una nueva constitución, quiere también que esta se realice a
través de una asamblea constituyente.
Las cosas pueden ser distintas…
Coincidimos
con muchos que Chile no es una hoja en blanco. Es verdad después de una nueva
constitución tendremos que salir a trabajar como todos los días, así como
después de cada elección de presidente, parlamentarios y alcaldes debemos saber
llevar el sustento a nuestras casas, es verdad. Pero también es verdad que los
trabajadores y trabajadoras de Chile nos levantaremos de manera distinta y
viviremos en condiciones distintas, de más equidad y justicia, con una
constitución que hayamos decidido entre todos y todas, y que sea capaz de
garantizar los derechos que nos son propios, dando origen a un pacto de
convivencia validado colectivamente y que refleje la diversidad que de lo que
somos.
Si este
proceso constituyente es de calidad, solo imaginar en lo que Chile puede
convertirse es prometedor. Que frustrante sería que este deseo y voluntad no
fueran escuchados, que fuese desoído o ignorado deliberadamente para asegurar
granjerías de poder, sociales o económicas. Queremos que Chile decida.
El plebiscito
es la herramienta democrática, participativa e institucional de consulta a la
ciudadanía. Somos claros y no admitimos confusiones o ambigüedades
artificiales. Nos convoca y moviliza un proceso constituyente de calidad que
cumpla con los estándares propios que demanda la seriedad de un nuevo pacto
social, político e institucional para nuestro país. Proponemos un proceso
constituyente como momento deliberante y pedagógico para la ciudadanía en
general, y especialmente para las fuerzas sociales organizadas. Lo hemos dicho,
no basta con que sea incidente, debe ser además vinculante, a través de un
plebiscito que desencadene la posibilidad de escribir una nueva constitución
democrática, participativa y que garantice los derechos de todos los chilenos y
chilenas. Derechos que por tantos años han sido conculcados por un modelo
injusto y heredado de la constitución del 80. Reiteramos fuerte y claro:
proponemos una nueva constitución, realizada por vez primera a través de una
Asamblea Constituyente.
¡Todo Chile está invitado a sumarse!
¡No hay acuerdo político sin participación
del pueblo ni la fuerza de la ciudadanía!
¡Nos
declaramos desde hoy 25 de julio en Conclave Social hasta
lograr una Nueva
Constitución, un PlebiscitoAhora y una AsambleaConstituyente!
ORGANIZACIONES ADHERENTES:
- Central Unitaria de Trabajadores CUT
- Asociación Nacional de Empleados Fiscales ANEF MarcaAC
- Colegio de Periodistas
- Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud FENPRUSS
- Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos AFDD Asociación Chilena de ONGs ACCION
- Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular SINTRACAP
- Confederación Nacional de Funcionarios de Educación Municipalizada de Chile CONFEMUCH
- Corporación Humanas Ciudadano Inteligente
- Coordinadora de Padres y Apoderados por el Derecho a la Educación CORPADE Sindicato de Actores de Chile SIDARTE
- Colectivo Lésbico Chileno Camión Rosa
- Coordinadora Nacional Estudiantes Secundarios CONES Confederación de Trabajadores del Comercio CONSFECOVE Movimiento por la Diversidad Sexual MUMS
- Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios CONADECUS Derechos Sexuales y Reproductivos MILES
- CHILE SUSTENTABLE
- Consejo de Defensa Patagonia Chilena La Caleta
- ARTEDUCA
- Fundación Multitudes
Conclave Social 25J
Teatro Nacional Chileno
Morandé Nº25, Santiago