por Patricio Segura Ortiz
Segundo vicepresidente
Colegio de Periodistas de Chile
publicado originalmente en El Desconcierto
Este lunes, por las calles de múltiples ciudades de Chile miles de ciudadanos nos movilizamos para pedir, para exigir más bien, lo que cualquier sociedad democrática no se debiera negar. Un Plebiscito para definir cómo se elaborará la nueva Constitución. El procedimiento para acordar el principal pacto político social, que no por nada es llamado Carta Fundamental.
Positivo es que converjamos en este momento. Atreverse a caminar con otros en pos de una causa común, tan necesaria como justa, ya es un avance. El necesario pan es importante, pero las condiciones que permiten que llegue a todos es lo esencial. En una frase atribuida a Bertolt Brecht, el peor analfabeto es el analfabeto político, que no entiende que de decisiones de este tipo sale el precio del pan y que con su abulia permite que se reproduzca “el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales“. Nótese que no habla de todos los políticos, sino de ese que cobija tan particulares características.
Un Plebiscito para una nueva Constitución, vía Asamblea Constituyente. Tal es el llamado al que desde hace varios años se está convocando. Lucha hermana de las que han impulsado Marca AC, Ciudadanos por la Asamblea Constituyente y varios partidos y movimientos sociales y políticos, que nutren de perspectiva su acción. Porque aunque en muchos existe indignación, la movilización no es más que la esperanza de poder cambiar el futuro, accionando en el presente.
Lo contrario es enrabiarse por cómo está la sociedad, privatizarse en el odio a la política y dejar que todo siga tal cual, alimentado por el cinismo de la desconfianza. Salvedad: Cuando hablo de política me refiero a todo hacer común que busca incidir en el colectivo.
El sistema mediático hoy está desequilibrado y no da cuenta de la diversidad de miradas existentes. En tal escenario, el medio público debe aportar al pluralismo. De lo contrario, con su acción mantiene voces silenciadas en beneficio del discurso hegemónico.
El sistema mediático hoy está desequilibrado y no da cuenta de la diversidad de miradas existentes. En tal escenario, el medio público debe aportar al pluralismo. De lo contrario, con su acción mantiene voces silenciadas en beneficio del discurso hegemónico.