Este sábado 13 de diciembre, se cumple el 102 cumpleaños del gran maestro Andrés Sabella.
por Indalicia Lagos Rojas
Presidenta Consejo Regional Iquique
Y a pesar que hace 25 años partió de esta
tierra, su huella como periodista, poeta y maestro se ha mantenido indeleble en
el tiempo, destellando el espíritu del buen periodismo, el conocimiento y la
poesía, en las generaciones que han escuchado de él en algún café, tertulia o
conversación de biblioteca, e impulsando la curiosidad por saber quién fue este
gran poeta del Norte Grande.
Hace unas semanas, un grupo de ex alumnos
de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica del Norte nos dimos cita
en un céntrico y tradicional local iquiqueño, para recordar al vate Sabella y
lo que significó ser su alumno, estar en sus clases, escuchar su oratoria o,
simplemente, verlo caminar por las calles de Antofagasta, con ese gesto de gratitud
a la vida y una sonrisa que siempre desplegaba un saludo cordial.
Sin embargo, aunque su voz y figura son
inconfundibles; su legado y su amor por el Norte lo ha ensalzado como a los
grandes de la historia.
Y es que sus creaciones son una fiesta de
colores de la realidad, un carnaval donde el sentido del tiempo vibra en torno
a lo que somos, lo que vemos y sentimos.
Es por ello que su gran obra, Norte Grande,
nos habla de aquello... de ese sentir profundo de la comunidad nortina.
Buscando y hurgando entre libros y
comentarios académicos, encontré algo muy cierto sobre esa construcción social
que Sabella dio al norte…
Y fue en Iquique donde nace lo que él
llamaba la “nortindad”, que no es más que unir la historia, identidad y
patrimonio que nos hace tan particulares respecto de otras regiones y del país
en general.
Y es quizás ese cúmulo de signos, símbolos
y señales del lenguaje tan propio del maestro, el que nos descubre a todos,
casi desnudos y asombrados de ser lo que somos o lo que aún no sabemos que
somos.
Y he aquí la pregunta… cuánto quienes lo
conocimos muy de cerca, o en algún encuentro o tertulia, hoy reivindicamos sus
pasos y su creatividad como periodistas.
Creo que como profesionales de las
comunicaciones nos falta revivir aquel ímpetu de ser portavoces de la realidad
que nos rodea, de rescatar la nortindad con que Sabella nos descubrió, nos
interpretó y, finalmente, nos dibujó, entregándonos una identidad.
Ese es el gran desafío… no sólo de las
nuevas generaciones, a quienes siempre instamos a avanzar más allá de las
fronteras imaginarias de nuestro entorno… Es más bien un desafío de todos y
todas, que con mayor o menos pasión y vocación, debemos volver a recoger la
pluma y el papel; y redituar aquella mirada, aquella visión con que el maestro
Sabella fundó una nueva forma de hacer las comunicaciones y redactar una
realidad humana, imperiosa y acelerada, que es nuestra realidad como
periodistas y comunicadores del Norte Grande.
Porque como dijo Sabella; “los periodistas
escriben de pie”.
A ti Sabella, maestro de todos los tiempos.